miércoles, 20 de junio de 2012

la segunda guerra mundial

Segunda Guerra Mundial

El 1 de septiembre de 1941 los alemanes invadieron Polonia; Francia e Inglaterra declararon la guerra. La mayor parte de las naciones entraron en la contienda. En 1941 Alemania ataco a Rusia y Japón a Estados Unidos.
Nazismo :El nazismo es una ideología que surge en la Alemania de los 
años 20 pero que no alcanzará importancia hasta los años 30, momento en que las duras condiciones de paz impuestas en el Tratado de Versalles (1919) se juntan con la grave crisis mundial del Jueves Negro en 1929. A nivel mundial, las democracias liberales quedan fuertemente desacreditadas. La situación mundial parecía dar razones a las reivindicaciones obreras tradicionalmente vinculadas al marxismo y socialistas del siglo XIX.
Nazi es la contracción de la palabra alemana NationalsoZIalistische, que significa nacionalsocialista y hace referencia al movimiento Nazista o Nazismo.
La palabra nazi se utiliza para todo lo que se relaciona con el régimen que gobernó Alemania de 1933 a 1945 con la llegada al poder del partido nacionalsocialista, el autoproclamado Tercer Reich y Austria a partir de la Anschluss, así como los demás territorios que lo conformaron (Sudetes, Memel, Danzig y otras tierras en Polonia, Francia, Checoslovaquia, Hungría, Holanda y Dinamarca). La Alemania de este período se conoce como la Alemania nazi.
Fue un término acuñado por el ministro de propaganda del régimen alemán Joseph  Goebbels, que lo usó durante uno de sus discursos para referirse a los miembros de su partido, elNationalsozialistische Deutsche Arbeiterpartei  (NSDAP) Partido Nacionalsocialista Alemán de los Trabajadores.

El nazismo es una ideología que surge en la Alemania de los años 20 pero que no alcanzará importancia hasta los años 30, momento en que las duras condiciones de paz impuestas en el Tratado de Versalles (1919) se juntan con la grave crisis mundial del Jueves Negro en 1929. A nivel mundial, las democracias liberales quedan fuertemente desacreditadas. La situación mundial parecía dar razones a las reivindicaciones obreras tradicionalmente vinculadas al marxismo y socialistas del siglo XIX. La acumulación de la producción llevó a la quiebra de las empresas, despidos masivos de trabajadores y la situación se agrava aún más. En Alemania la situación es más acuciante aún, ya que a los devastadores efectos económicos se sumaba la obligación de pagar el tributo de la derrota en la Primera Guerra Mundial, y el descontento popular ante la injusta situación que hacía que las calles se llenaran de manifestaciones extremistas de toda índole, tanto de izquierda como de derecha.
Inicio y acceso al poder del nazismo
En 1919, el austríaco Adolf Hitler, se desempeñaba como miembro de las fuerzas militares de Baviera. Como parte de sus funciones le fue encomendado investigar acerca de un naciente movimiento político: el Partido Obrero Alemán. Una vez convencido de sus principios, se unió a dicho partido haciéndose cargo del área de propaganda. Un año más tarde, el partido publicó su programa: Veinticinco puntos entre los que se contaban el rechazo al Tratado de Versalles, la aspiración a la unidad con Austria en la "Gran Alemania" y a un gobierno central fuerte, y la voluntad de reservar a Alemania sólo para los "verdaderos" alemanes.
Este partido no hubiese llegado a más, probablemente, y se demuestra en la gran cantidad de partidos de similares creencias de la época, sin la adhesión de un Hitler idealista y dotado orador, ni sin el apoyo de los poderes económicos y financieros que apoyaron su campaña anticomunista. La agitación comunista en Alemania por aquel tiempo era intensa. Su fuerte carácter pronto lo lleva a capitanear el partido.
Se adoptaba asimismo un nuevo nombre, el de Partido Nacional Socialista Obrero Alemán. Nacía así el partido Nazi, contracción dada por sus detractores, dirigido por el propio Hitler desde 1921.
Tras encabezar un fallido intento de golpe de Estado en 1923, contra la República de Weimar, Hitler es condenado a prisión y recluido en un castillo. Una condena de 5 años, de la que finalmente solo cumplió once meses, le permitió escribir el libro semiautobiográfico Mein Kampf (Mi lucha) que pronto se convierte en el elemento que le faltaba al colectivo, un libro casi sagrado. En él declara firmemente su antisemitismo y su anticomunismo y deja claro que los arios son una raza superior a todas las demás.
El crecimiento del caudal electoral nazi llegaría con la crisis de 1929. Aún sin tener mayoría en el Reichstag (Parlamento alemán), en 1933 Hitler consigue ser llamado por los sectores conservadores para ocupar el cargo de Canciller de Alemania.
De canciller a Führer del III Reich
Una vez en el cargo, Hitler decretó nuevas elecciones en medio de una intensa propaganda nazi.
Muy poco tiempo antes de los comicios, el Reichstag fue incendiado. Entonces Hitler culpó a los comunistas, sugiriendo que el incendio era el comienzo de una revolución y sembró el pánico con el objetivo de un mayor caudal electoral.
Finalmente, las elecciones le otorgaron el control del Parlamento, que poco después aprobaba una ley que establecía una dictadura a través de medios democráticos. La Ley Habilitante era en realidad una serie de herramientas jurídicas que le permitía al Canciller ejecutar todo tipo de actos sin miramiento a los límites legales y constitucionales vigentes cuando fuera necesario para mantener el orden en la república. Comenzaba el Tercer Reich, que la propaganda afirmaba duraría mil años.
Hitler, tras la muerte del Presidente Hindenburg, reunió en su mano todo el poder e impuso desde entonces un gobierno centrado exclusivamente alrededor de su figura, basado en el principio del caudillo o Führerprinzip. Según este principio político, el Führer (Caudillo) quedaba identificado con el pueblo ("Era" el pueblo), y sólo él conocía y representaba el interés nacional.
Esta representación del pueblo por el líder era esencial: no suponía ningún procedimiento de consulta y delegación del poder. El Führerprinzip, sostenían sus ideólogos, reemplazaba a un gobierno irresponsable e impotente (el parlamentario), por otro poderoso y en el que la responsabilidad recaía en una sola figura. Así, la voluntad del Führer se transformaba en la ley. La aplicación de este principio resultó en formas totalitarias de control y represión, ya que cualquier oposición a los designios del Führer era, por definición, antinacional.
El régimen que se implantó ejerció un fuerte control sobre cada aspecto de la sociedad, mostrando especial interés en la educación de la juventud alemana. Desde la infancia, se enseña a los niños a ser duros y a sufrir la lucha por ser el más fuerte, seleccionando poco a poco a unos escogidos que irán conformando una nueva élite de guerreros sagrados (la SS) a modo de una nueva Esparta naciente y victoriosa. La ciencia tampoco escapa a la influencia de partido que la utiliza para justificar sus ideas o para buscar nuevas armas para la guerra que se venía preparando.
El poder de Hitler se consolida la noche de los cuchillos largos cuando ordena el asesinato de los principales líderes de las SA, fuerzas de asalto que habían apoyado a los nacionalsocialistas en su ascenso al poder, y el asesinato de su Jefe, Ernst Röhm en 1934.
Persecución y represión
Hitler aplicó de inmediato la represión contra un amplio espectro de ciudadanos: judíos (definidos como enemigos de la nación), comunistas, testigos de Jehováhomosexuales y todo aquello que se opusiera a la estrecha definición nazi de la "nación".
La represión la llevaron adelante prioritariamente la SS, fuerzas paramilitares creadas en 1925 y fortalecidas por el régimen, y la Gestapo, policía secreta nazi que respondía a las SS, y que contaba con una densa red de espías y delatores.
El terror se ejercía de forma directa: por medio de la censura, las agresiones físicas, los arrestos y las detenciones en campos de trabajo.
El genocidio
El término "genocidio", que no existía antes de 1944, es un término muy específico que hace referencia a los crímenes masivos cometidos contra grupos. Los derechos humanos, tal y como se indica en la Constitución de los Estados Unidos de América o en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 de las Naciones Unidas, se refieren a los derechos de los individuos.
En 1944, intentando describir la política nazi de cometer asesinatos en forma sistemática, incluyendo el objetivo de eliminar a la comunidad judía europea, un abogado polaco judío llamado Rafael Lemkin (1900-1959), creó la palabra "genocidio" combinando geno-, término griego que significa raza o tribu, con -cidio, del término latín que significa matar. Al proponer este nuevo término, Lemkin se refería a "un plan coordinado compuesto por diferentes acciones que apuntan a la destrucción de los fundamentos esenciales de la vida de grupos nacionales, con el objetivo de aniquilar dichos grupos". El año siguiente, el Tribunal Militar Internacional de Nurembergacusó a los principales nazis de "crímenes contra la humanidad". La palabra "genocidio" se incluyó en el acta, pero como un término descriptivo y no legal.
El 9 de diciembre de 1948, a la sombra del Holocausto y en gran parte gracias a los inagotables esfuerzos del propio Lemkin, las Naciones Unidas aprobaron la Convención para la prevención y la sanción del delito de genocidio. Esta Convención establece que el "genocidio" es un crimen internacional que las naciones firmantes deben "evitar y sancionar". Define el genocidio como:
Se entiende por genocidio cualquiera de los actos mencionados a continuación, perpetrados con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso como tal:
(a) Matanza de los integrantes del grupo;
(b) Lesión grave a la integridad física o mental de los integrantes del grupo;
(c) Sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial; 
(d) Medidas destinadas a impedir los nacimientos en el seno del grupo; 
(e) Traslado por fuerza de niños del grupo a otro grupo.
A pesar de que a lo largo de la historia han tenido lugar muchos casos de violencia dirigida a grupos determinados, incluso después de que la Convención entrara en vigor, el desarrollo legal e internacional del término se concentra en dos períodos históricos diferentes: el período que abarca desde la acuñación del término hasta su aceptación por la ley internacional (1944-1948) y el período de su activación con la creación de tribunales de guerra internacionales para perseguir los crímenes de genocidio (1991-1998). Otra de las principales obligaciones que surgen de la Convención, evitar el genocidio, sigue siendo un desafío al que las naciones y los individuos todavía se enfrentan.

Causas

·         Indiferencia europea a la violación del Tratado de Versalles
·         Debilitamiento económico de las democracias europeas ante la crisis
·         Forzamiento de regímenes totalitarios
·         Invasión japonesa a Manchuria (1932)
·         Invasión italiana a Etiopia (1935)
·         Invasión japonesa a China(1937)
·         Conformación del eje de Berlín-Tokio-Roma
·         Conquista alemana de Checoslovaquia
·         Invasión alemana a Polonia

Hechos relevantes de la 2º Guerra Mundial (1939-1945)
·         Alemania firma con la URSS tratado de no agresión   
·         Italia invade Grecia y ataca a los ingleses en Egipto y Lituania  1940
·         Los rusos invaden Letonia, Estonia y Lituania   1940
·         Los nazis se anexan a Polonia y ocupan Dinamarca  1939-1940
·         Los rusos toman parte de Polonia e invaden Francia       1939-1941
·         Los nazis invaden la URSS         1941
·         Los rusos se unen a Los Aliados  1941
·         Alemania ataca Yugoslavia y Grecia  1941
·         Los japonese invaden la Indochina francesa y ataca `Pearl Harbor en Hawai  1941
·         EUA declara la guerra a Japon
·         Los nazis comienzan la deportación y asesinato de judíos y otras minorías
·         El escuadron 201 de Mexico se suma a la batalla del pacifico contra Japon
·         Mussolini es derrocado del poder de Italia
·         El dia D (1944)los soldados desembarcan en Normandia y recuperan Francia ( ultima maniobra para derrocar el poder nazi)
·         el este de Alemania es ocupado por los soviéticos y por el occidente es ocupada por estadounidenses e ingleses.
·         Hitler se suicida
·         Coferencias de Yalta y Postdam
·         E.U.A lanza las bombas atomicas el 6 y 9 de Junio en HIROSHIMA y NAGASAKI
·         Concluye la guerra

EL CAMPO DE EXTERMINIO, FÁBRICA DE MUERTE

    Heinrich Himmler -figura de confianza de Hitler cada vez mas crucial en el desarrollo progresivo de la política de exterminio durante la guerra- utilizó los campos como medio más rápido para hacer de Europa un paraíso ario. La obsesión racista llegará a ser tal, que, en los últimos meses de la guerra, y con el Reich amenazado de hundimiento militar, los trenes se reservaban, con todo, prioritariamente, para la deportación. Las SS -lo que se llamó el Estado SS- no sólo habían conseguido pleno control d universo concentracionario, sino que además habían hecho de él una maquinaria industrial.
    Auschwitz resultó ser una extensión diabólica del moderno sistema fabril. En lugar de producir mercancías -escribe Henry Feingold- utilizaba seres humanos como materia prima, produciendo la muerte como objeto final, serial incluso, cuantificado escrupulosamente por los cuidadores del campo. Igual que aquellos kilómetros de aire denso y negro, nauseabundo, producto de la quema constante de los cuerpos humanos, un aire que salía constantemente de las chimeneas y que correspondía a los desaparecidos apuntados -severa, cuidadosamente- por los funcionarios del campo en sus cuadernos. Un aire que quedaba indeleble tanto en los dedos como en los registros, llevados obedientemente, de los responsables directos de aquella horrenda administración.
De aquella vergüenza.
   Auschwitz es una pequeña población situada a unos 60 kilómetros al sudeste de Cracovia, en Polonia. Allí, en 1941, los ocupantes abrieron un campo de trabajos forzados, donde se instalaron varias industrias alemanas que empleaban aquella mano de obra barata y dócil. Las SS (Schutz Stulfen) de las Totenkopfebande, es decir, unidades de la calavera, que se ocupaban de estos campos de concentración, explotaban a estos forzados hasta el agotamiento y la muerte.
    El carácter de Auschwitz fue cambiando cuando se acentuó la persecución antisemita, cuando comenzó a ser eliminada sistemáticamente la población judía de Varsovia, cuando se dio la orden de eliminar a los gitanos, cuando, tras lo conferencia de Wannsee -en 1942- el régimen nazi decidió la solución final... etc. Las instalaciones se ampliaron a cuatro campos y a 38 comandos de trabajo. En todos ellos se maltrataba a los prisioneros, en todos se les agotaba trabajando, en todos se les mataba cuando desfallecían, pero uno de esos campos, Birkenau, era realmente una factoría para asesinar prisioneros.

    Birkenau, situado a tres kilómetros de Auschwitz, en una zona pantanosa e insalubre, recibía diariamente a los judíos deportados. Allí se seleccionaban. Los débiles, los ancianos, los niños, y buena parte de las mujeres eran separados de los prisioneros útiles para el trabajo, que se repartían luego por las demás instalaciones. A los que se desechaba se les conducía, tras dejar su equipaje y su ropa -y las mujeres, su pelo- a unas naves donde serían desinfectados.

    Encerrados en aquellos depósitos se les gaseaba con Zyklon B y, una vez muertos, se les desposaba de alhajas, dientes de oro, etc. Luego se llevaban los cadáveres a unos hornos crematorios que funcionaban día y noche.
    Este sistema industrial de asesinar a los deportados alcanzó el formidable rendimiento de 22000 personas al día. Las cifras todavía son controvertidas, porque los alemanes destruyeron la documentación, pero se acepta generalmente que en el complejo de Auschwitz perecieron cerca de dos millones de personas, de las que la mitad eran de origen judío.
    Ante el avance soviético, en enero de 1945, las SS evacuaron a unas 60000 personas de Auschwitz, en una marcha terrible hasta el oeste de Oder, que dejó los caminos sembrados de muertos. En el complejo de Auschwitz quedaron unos 10000 reclusos, incapaz de moverse. Algunos acertaron a escapar, aprovechando que las alambradas ya no estaban electrificadas y que no había centinelas, pero la mayoría, incapaz de dar un paso, se quedó. Una unidad de las SS en retirada pasó por Auschwitz y aún causó dos millares más de víctimas antes de irse definitivamente.

    Cuando los soviéticos alcanzaron el campo el 27 de Enero, apenas había siete mil reclusos, todos en condiciones lamentables y muchos de los cuales morirían en las semanas siguientes. Pese a que los alemanes habían tratado de destruir las pruebas de su inmenso crimen, allí quedaban cerca de un millón de trajes de hombres y mujeres, mas de seis mil pares de zapatos y toneladas de objetos personales.

    También se hallaron allí unos 700 kilos de cabello humano, que una fábrica de fieltro alemana compraba a 500 marcos la tonelada.
    Y es que los nazis lo aprovechaban todo: su trabajo, su equipaje, sus joyas y dinero, su pelo, y una vez muertos, sus cenizas, que se utilizaban como fertilizantes agrícolas. Sobre la entrada de Auschwitz un letrero pregonaba "El trabajo os hará libres", pero para definir aquel infierno era más exacta la frase del criminal 
Dr. MengeleAquí se entra por la puerta y se sale por la chimenea.


LA SOLUCIÓN FINAL: WANNSEE, 20-1-1942

    Cumpliendo las órdenes recibidas de solucionar la cuestión judía, el 20 de Enero de 1942, Heydrich reunió en el distrito berlinés de Wannsee a 13 personajes pertenecientes al Departamento Superior de Seguridad (RSA); a la Cancillería; a los Ministerios de Justicia, de Exteriores y del Plan Cuatrienal, y a los responsables de la represión en Polonia y en el Báltico. Como secretario actuó el coronel de las SS Adolf Eichman, del RSA, en cuyas actas puede leerse:
    "Cerca de once millones de judíos han de ser tomados en consideración para esta solución final de la cuestión de los judíos europeos; estos están distribuidos en los diversos países del modo siguiente [...] Durante l proceso de realización de la solución final, Europa será barrida de Oeste a Este"
    Hasta entonces, los judíos habían sido expulsados, expoliados, deportados, encarcelados, obligados a trabajar hasta la extenuación e, incluso, asesinado, pero el genocidio sistemático, industrializado, comenzó a partir de la conferencia de Wannsee. En las actas no se habla de realizar una matanza masiva -los nazis fueron siempre muy cuidadosos en no reflejar sus atrocidades en documentos de circulación corriente-. Pero Eichman, durante su proceso en Israel, declaró que en la discusiones se consideró la matanza, la eliminación y la aniquilación.

    ¿Quién dispuso tal atrocidad? El más autorizado biógrafo deHitler, Bullock, responde: No pudieron ser los burócratas que asistieron a la conferencia de Wannsee, y que tan solo estaban preocupados por los problemas prácticos que planteaba la ejecución del proyecto. Tan sólo Hitler tenía la imaginación necesaria -aunque perversa- para idear un plan de esta índole.
    El comandante de Auschwitz, Hoess, declaró ante el tribunal que le juzgó en 1946 que Himmler, en nombre de Hitler, le ordenó crear una fábrica de exterminio:
    El Führer ha ordenado la solución final de la cuestión y a nosotros -las SS- nos toca llevar a cabo esa orden... He elegido Auschwitz para esa misión [...]. Será una tarea pesada y difícil, y requerirá su plena participación personal. Guardará el más estricto silencio en lo que respecta a esta orden, incluso frente a sus superiores [...]. Todo judío al que podamos echar el guante debe ser exterminado sin ninguna excepción. Si no logramos destruir ahora la base del judaísmo, llegará el día en que los judíos destruirán al pueblo alemán.


LAS CIFRAS INCONFESABLES

    El más prestigioso biógrafo de Hitler e historiador del III Reich, Alan Bullock, en su obra Hitler y Stalin, vidas paralelas, publicada en Londres en 1991, eleva a 18 millones las víctimas del terror nazi. En esta cifra se incluirían los civiles muertos en los bombardeos, en los ataques contra los ciudadanos, en las represalias contra las acciones guerrilleras, en las persecuciones étnicas contra judíos y gitanos, en el agotamiento hasta la muerte de poblaciones deportadas y prisioneros de guerra. Aunque las cifras siguientes son solo orientativas, dan una idea clara del inmenso crimen nazi.

Unión Soviética
7.500.000
Polonia
5.000.000
Yugoslavia
1.500.000
Francia
300.000
Hungría
250.000
Benelux
150.000
Checoslovaquia
110.000
Grecia
100.000
Italia
70.000
Reino Unido
60.000
Alemania
2.000.000

    En las cifras de víctimas civiles por países están incluidos los judíos. Entre las víctimas de la represión en Alemania se incluyen también Austria, los Sudetes y el Protectorado de Bohemia-Moravia; en esta cifra están incluidos los judíos, comunistas y socialistas, las oposición al nazismo, y los conspiradores antinazis, tanto civiles como militares, entre 1933 y 1945. 
    El resto fueron judíos sacados de Noruega, Dinamarca, Bulgaria y Rumania; prisioneros de guerra de otros países no incluidos en esta enumeración, como republicanos españoles capturados en Francia, norteamericanos, canadienses, australianos, sudafricanos, neozelandeses, indios, norteafricanos de las colonias francesas...
    Por etnias, las víctimas más numerosas fueron los judíos; la cifra es aun controvertida pero se sitúa a la baja en 4.800.000, y al alza en 6.500.000. Les siguen los gitanos, con una estimación que se sitúa entre las 300.000 y las 500.000. Por campos de exterminio, el mas terrible fue el de Auschwitz-Birkenau, con cerca de dos millones de víctimas; seguido de Treblinka, con 700.000; Belcec, con 600.000; Maidanek, con 400.000; Chelmo con 350.000; Sobidor con 250.000, todos ellos en Polonia. En el estricto territorio de Reich destacaron los campos de trabajo y exterminio de Dachau, Bergen-Belsen, Dora-Milttelbau, Buchenwald, Flossenburg, Mauthausen, Terezin, Sachsenhausen, Ravensbrück, Grosrosen, etc., donde más de un millón y medio de prisioneros perecieron a causa del trabajo agotador, la mala alimentación, el frío, las torturas, los experimentos médicos, las enfermedades, las ejecuciones por fusilamiento, horca o garrote, etc.
    Antes de cerrar esta macabra cuantificación de horrores, y para que no quede simplemente en eso, en una embotadora enumeración de cifras, hay que recordar al lector que todas y cada una de las víctimas sufrieron un auténtico infierno hasta el asesinato o la liberación, y cada uno de los supervivientes ha llevado en su médula grabada aquella vesanía hasta el fin de sus días.


TODO SE APROVECHA, HASTA LAS CENIZAS
    Las crecientes necesidades de la industria de guerra fueron cubiertas por la población civil deportada de los países vencidos. Procedentes de éstos, más de 20 millones de personas fueron esclavizadas -en su mayor parte rusos y polacos- aportando pingües beneficios a las empresas que los empleaban y a las SS. Los empresarios solían pagar entre 3 y 6 marcos por trabajador y día a las SS, y estas apenas se gastaban 0,35 marcos diarios de manutención. Cuando el prisionero había sido reducido a un deshecho humano, inútil para el trabajo, era liquidado, rindiendo su último tributo al Reich: se comercializaba su grasa para hacer jabón, sus huesos para fabricar fertilizantes, sus cabellos para la industria textil... Sólo el campo de Auschwitz entregó 60 toneladas de cabello a la fábrica de fieltro Alex Zink, que pagó por ellas 30.000 marcos; 7.000 kilos más, preparados para su envío, hallaron los soviético al ocupar el campo. Hubo empresas que se constituyeron para aprovechar los últimos residuos humanos, como la acción Reinhard, que adquiría a las SS cuantas pertenencias de los prisioneros pudieran ser comercializadas: relojes, cadenas, joyas, dientes, etc.

    Todo se clasificaba, limpiaba, reparaba, catalogaba, almacenaba. Luego se servían los pedidos a empresas interesadas. Fue próspera la venta de abrigos, botas, impermeables, jerseys y ropa interior de calidad. Debieron tener poca solicitud los juguetes, los trajes de mujer y de hombre, los objetos personales y las maletas... Cuando los soviéticos entraron en los campos polacos hallaron millones de maletas, perfectamente clasificadas y, en muchísimos casos, con el nombre de sus propietarios y su remite.

    Adolf Hitler (1889-1945), político alemán de origen austriaco, uno de los dictadores más poderosos del siglo XX, que transformó Alemania militarizando completamente su sociedad y llevó al país así como al resto del mundo a la II Guerra Mundial. Utilizó el antisemitismo como piedra angular de su propaganda y su política para hacer del partido nazi un movimiento de masas. La mayor parte de Europa y el norte de África estuvieron bajo su dominio durante algún tiempo. Fue el responsable de la ejecución de millones de judíos y de miembros de otros pueblos a los que consideraba seres inferiores.
Su juventud y sus comienzos en la política
    Hitler nació en Braunau am Inn (Austria) el 20 de abril de 1889 y era hijo de un modesto funcionario de aduanas y de una campesina. Fue un estudiante mediocre y jamás llegó a finalizar la enseñanza secundaria. Solicitó el ingreso en la Academia de Bellas Artes de Viena, pero no fue admitido por carecer de talento. Permaneció en esa ciudad hasta 1913, donde vivió gracias a una pensión de orfandad, y más tarde comenzó a obtener algunos ingresos de los cuadros que pintaba. Leía con voracidad obras que alimentaban tanto sus convicciones antisemitas y antidemocráticas como su admiración por el individualismo y el desprecio por las masas.
    Hitler se encontraba en Munich cuando comenzó la I Guerra Mundial y se alistó como voluntario en el Ejército bávaro. Demostró ser un soldado entregado y valiente, pero la más alta graduación que consiguió fue la de cabo, debido a que sus superiores consideraban que carecía de dotes de mando. Tras la derrota de Alemania en 1918, regresó a Munich y permaneció en el Ejército hasta 1920. Fue nombrado oficial de instrucción y se le asignó la tarea de inmunizar a los soldados a su cargo contra las ideas pacifistas y democráticas. Se unió al Partido Obrero Alemán, de signo nacionalista, en septiembre de 1919, y en abril de 1920 le dedicaba ya todo su tiempo. En esa época, había sido rebautizado como Partido Nacionalsocialista Alemán del Trabajo (conocido abreviadamente como partido nazi) y Hitler fue elegido en 1921 su presidente (Führer) con poderes dictatoriales.

El ascenso al poder
    Hitler difundió su doctrina de odio racial y desprecio por la democracia en los numerosos mítines que organizó y, mientras tanto, las organizaciones paramilitares del partido aterrorizaban a sus enemigos políticos. No tardó en convertirse en una figura clave de la política de Baviera gracias a la colaboración de oficiales de alta graduación y empresarios adinerados. En noviembre de 1923, un momento de caos político y económico, encabezó una rebelión (putsch) en Munich contra la República de Weimar, en la cual se autoproclamó canciller de un nuevo régimen autoritario. No obstante, el conocido como putsch de Munich fracasó por falta de apoyo militar.
    Hitler fue sentenciado a cinco años de prisión como líder del intento de golpe de Estado, y dedicó los ocho meses de condena que cumplió a redactar su autobiografía: Mein Kampf (Mi lucha). Fue liberado como consecuencia de una amnistía general en diciembre de 1924, y reconstruyó su partido sin que ninguno de los representantes del gobierno al que había intentado derrocar pretendiera impedirlo. Durante la crisis económica de 1929, muchos alemanes aceptaron su teoría que la explicaba como una conspiración de judíos y comunistas. Hitler consiguió atraer el voto de millones de ciudadanos prometiendo reconstruir una Alemania fuerte, crear más puestos de trabajo y devolver la gloria nacional. La representación del partido nazi en el Reichstag (Parlamento) pasó de 12 diputados en 1928 a 107 en 1930.
    El partido continuó creciendo durante los dos años siguientes, aprovechando la situación creada por el aumento del desempleo, el temor al comunismo y la falta de decisión de los rivales políticos del Führer frente a su confianza en sí mismo. Sin embargo, cuando Hitler fue nombrado canciller en enero de 1933, los grandes empresarios esperaban poder controlarle con facilidad.

El Dictador de Alemania
    Pese a lo previsto por el poder económico, una vez que Hitler accedió a la jefatura del gobierno, no tardó en autoproclamarse dictador de la nación, acumulando la presidencia del Reich y de la cancillería con el título de Reichsführer. Miles de ciudadanos contrarios al partido nazi fueron enviados a campos de concentración y se eliminó cualquier asomo de oposición. Su mayoría parlamentaria le permitió aprobar una ley que transfería al partido nazi el control de la burocracia y del sistema judicial, reemplazaba los sindicatos por un Frente del Trabajo alemán dirigido también por los nazis y prohibía todos los partidos políticos excepto el Nacionalsocialista. Las autoridades nazis tomaron el control de la economía, los medios de comunicación y todas las actividades culturales haciendo depender los puestos de trabajo de la lealtad a su ideología.
    Hitler contaba con su policía secreta, la Gestapo, y con las cárceles y campos de concentración para intimidar a sus oponentes, aunque la mayoría de los alemanes le apoyaban con entusiasmo. El avance de la industria armamentística acabó con el desempleo, los trabajadores se vieron atraídos por un ambicioso programa de ocio y los éxitos alcanzados en política exterior impresionaron a la nación. De este modo, Hitler consiguió moldear al pueblo alemán hasta convertirle en la herramienta flexible que necesitaba para establecer el dominio de Alemania sobre Europa y otras partes del mundo. El dictador impuso su propio y brutal código moral tras desacreditar el poder de las autoridades eclesiásticas, acusándolas de corrupción e inmoralidad. Ridiculizó el concepto de igualdad entre los seres humanos y reivindicó la superioridad racial de los alemanes. Puesto que se consideraban miembros de una raza superior, creían tener derecho a dominar a todas las naciones a las que habían sometido. La creciente e implacable persecución contra los judíos tenía como objetivo familiarizar a los alemanes con esta tarea.
    Hitler, resuelto a emprender la creación de su imperio, inició el rearme de Alemania en 1935 (en contra de lo acordado en el Tratado de Versalles que había puesto fin a la I Guerra Mundial en lo referente a la derrotada Alemania), envió tropas a la región desmilitarizada de Renania en 1936, y anexionó Austria y los Sudetes en 1938. El resto del territorio checoslovaco quedó bajo control alemán en marzo de 1939. También acudió en ayuda de las tropas rebeldes de la Guerra Civil española (1936-1939), encabezadas por Francisco Franco. Ninguno de los líderes de otros países se opusieron a estas acciones, desconcertados ante la estrategia de Hitler y ante el temor de que se produjera una nueva guerra.
  Hitler era consciente de que cualquier otra acción podría provocar un conflicto europeo, y no vaciló en preparar a Alemania para una lucha que, a su juicio, fortalecería la moral del país. Firmó el pacto de neutralidad Germano-soviético con la promesa de que cedería a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) una parte del territorio de Polonia cuando esta nación fuera derrotada, para lo cual la atacó en septiembre de 1939. Los polacos fueron sometidos con rapidez y sus aliados, los británicos y los franceses, que habían declarado la guerra a Alemania, no pudieron hacer nada para ayudarles. Las fuerzas de Hitler invadieron Dinamarca y Noruega en la primavera de 1940 y, pocas semanas después, vencieron a las tropas de los Países Bajos, Bélgica y Francia. La derrota de Gran Bretaña pudo evitarse gracias a la intervención de las Fuerzas Aéreas Reales (RAF), que rechazaron a la Luftwaffe (fuerzas aéreas alemanas).
    Hitler, dejándose llevar por su ambición y su odio al comunismo, volvió su atención hacia la Unión Soviética. Su primer paso fue conquistar la península Balcánica para proteger este flanco. La invasión de la URSS, que comenzó en junio de 1941, no tardó en llevar a los ejércitos alemanes a las puertas de Moscú pero los rusos les obligaron a retroceder en diciembre, precisamente cuando Estados Unidos decidió intervenir en el conflicto. Fue en ese momento cuando Hitler se dio cuenta de que la guerra estaba perdida desde el punto de vista militar, pero decidió continuar con la esperanza de que alguna nueva arma invencible o alguna maniobra política milagrosa pudiera salvar la situación.
    A medida que transcurría el tiempo, la derrota se hacía más inevitable, pero Hitler continuaba negándose a capitular ante la creencia de que Alemania no merecía sobrevivir por no haber conseguido cumplir su misión. Por otro lado, el plan destinado a exterminar a los judíos seguía su marcha durante todo este periodo, y los innumerables trenes que transportaban a los millones de prisioneros a los campos de concentración representaban una lacra para el esfuerzo económico de la guerra. En julio de 1944, un grupo de oficiales organizó una conspiración para asesinar a Hitler y poner fin a la contienda, pero el plan fracasó. Finalmente, dejando tras de sí a una Alemania invadida y derrotada, Hitler se suicidó en su búnker de Berlín el 30 de abril de 1945, junto con la que había sido durante largo tiempo su compañera, Eva Braun, con la que había contraído matrimonio el día anterior.
    Hitler poseía una personalidad carismática y una arrolladora energía. Su legado fue solamente un rastro de destrucción total y ninguna de las instituciones u organizaciones que creó ha perdurado.
La posguerra
En 1945, cuando las tropas Aliadas entraron a los campos de concentración y de exterminio, descubrieron pilas de huesos y cenizas -- testimonio del genocidio nazi. Los soldados también encontraron miles de sobrevivientes sufriendo hambre y enfermedad.
Después de su liberación, muchos sobrevivientes judíos se negaron volver a sus antiguas casas por el antisemitismo que persistía en Europa. Los que volvieron temían por su vida. En Polonia, por ejemplo, hubo varios pogroms, el peor en Kielce en 1946; 42 judíos murieron.
Muchos sobrevivientes sin hogar emigraron al oeste hacia los territorios liberados por los Aliados, donde fueron puestos en campos de refugiados como Bergen-Belsen en Alemania. Estos campos eran administrados por Administración de las Naciones Unidas para Ayuda y Rehabilitación (UNRRA) y el ejército de los Estados Unidos.
Varias agencias judías ayudaron los refugiados. El Comité Judío Americano para la Distribución Conjunta suministraba los refugiados con comida y ropa. La Organización para la Rehabilitación a través del Entrenamiento (ORT) ofrecía entrenamiento profesional. Los refugiados también formaron organizaciones y muchos trabajaron por la creación de un estado judío en Palestina.
La organización más grande de sobrevivientes, Sh'erit ha-Pletah (“resto sobreviviente”), presionó para lograr más Oportunidades de emigración. Pero en los Estados Unidos había restricciones a la inmigración legal. Los ingleses limitaron la inmigración a Palestina, y muchas fronteras en Europa estaban cerradas.
La Brigada Judía (un equipo palestino judío en el ejército inglés) fue formado al fin de 1944. Junto con ex partisanos, la Brigada Judía ayudó a organizar la Brihah, el éxodo de 250.000 refugiados judíos de Europa. Judíos que ya vivían en Palestina organizaron la inmigración “ilegal” por barco (también conocido como Aliyah Bet). Muchos de estos buques fueron interceptados por los ingleses. En 1947, la nave “Éxodos 1947”, yendo con 4.500 sobrevivientes del Holocausto hacia Palestina, fue forzada a volver a Alemania por los ingleses. En la mayoría de los casos, los ingleses detuvieron a los refugiados en campos de detención en Chipre.
Con la creación del estado de Israel en mayo de 1948, refugiados en grandes cantidades empezaron a llegar al nuevo estado soberano. Los Estados Unidos admitieron alrededor de 80.000 refugiados judíos entre 1945 y 1952.




Att. Leslie Sarahi



1 comentario:

  1. si desean optener mas informacion sobre la segunda guerra mundial lean el libro "Los Hornos de Hitler" de Olga Lengiel.
    Att. Leslie

    ResponderEliminar